Esta acción solidaria ofrece un alivio significativo para aquellos que enfrentan el frío y la lluvia, dificultando sus actividades diarias como la recolección de cartones o la búsqueda de trabajos temporales.
La comunidad puede participar activamente como voluntarios o mediante donaciones, contribuyendo así a la noble causa de apoyar a los más necesitados. La Iglesia Adventista se convierte en un punto de encuentro de esperanza y generosidad, donde la calidez humana se sirve en forma de platos de comida.
Es un recordatorio conmovedor de la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo, especialmente durante los tiempos difíciles.