A partir de las pericias a las que fue sometido el menor, que es inimputable, dieron cuenta de situaciones importantes que el juez Moro tiene presente. «L» tiene dificultades para reconocer los daños ocasionados y déficit para controlar sus impulsos. Según pudo averiguar Cadena 3, el niño se encuentra muy triste y angustiado por la situación.
Para Moro, la investigación del caso concluyó y ahora debe determinar -en base a informes de los expertos- qué hacer con «L», si continúa alojado en el Complejo Esperanza o si lo devuelve a su familia.
El menor asesinó a Joaquín en una vivienda abandonada de Laboulaye, donde los vecinos sostenían que en ese lugar «ocurrían cosas».
Por el momento, se desconoce de qué se trató la discusión que mantuvieron ambos, pero hubo algo que enojó mucho al amigo de Joaquín, según su testimonio.