Exigió que el dueño de los perros, José Luis Nieto, vaya preso y pidió respeto por su hija. En medio de la despedida de los restos de la menor, la mujer contó que sus otros cuatro hijos (12, 9, 4 años y 10 meses) aún no saben nada de la tragedia.
Sofía también recordó cómo era Trinidad y reveló cuál era su sueño: “Quería ser maestra y psicóloga porque quería ayudar a la gente”. Remarcó que “era una niña inocente, que jugaba, dulce y siempre quería ayudar”. La adolescente amaba los animales y les daba a de comer a los que vivían en la calle, por eso la familia todavía no entiende lo que sucedió.
Contó que su hija vivía en la casa de su abuela porque así se lo había pedido y “siempre daba la vuelta a la manzana” cuando paseaba a sus perros. Aseguró que “nunca” fue por la zona donde vivían los dogos que la asesinaron: “Nunca fue por ahí, todavía no le encuentro sentido. No frecuentaba esa cuadra”.
Según detalló, el imputado por homicidio culposo y lesiones culposas nunca la llamó después de la salvaje escena ni tampoco otro integrante de la familia.
“No fueron capaz de dar la cara. Ellos están sentados en su casa y yo en unas horas tengo que enterrar a mi hija”, dijo llorando en El Doce TV. Por eso, Sofía rogó que Nieto vaya preso: «Trinidad está en un ataúd y nadie me la va a devolver”.
