Profundizando sobre posibles efectos, plantean las siguientes consecuencias: “Esta decisión, tomada sin rigor científico, provocará incrementos notables en los costos y dejará, por ejemplo, a la producción de té, tabaco y yerba mate en una situación muy compleja”.
“Para colmo, nuevamente la política ha decidido la suerte de miles de productores sin el debido debate y sin siquiera sopesar las consecuencias de legislar sobre algo sin dar alternativas, ya que elimina una herramienta, pero no plantea una sustituta”, fundamentaron.
Frente a la propuesta del gobierno misionero de utilizar un bioinsumo, desde FARER aseguran que el producto no cuenta con aprobación del SENASA y que tendría como único comprador al Estado: “Sería supuestamente la salida monopólica a la situación, pero se encuentra en etapa experimental y nadie puede asegurar su resultado”.
“Misiones presenta un clima subtropical que es proclive a la proliferación de malezas, por lo que necesita imperiosamente el uso de herbicidas. Además, su prohibición y sin sustitutos a la vista, obligará a recurrir a labores mecánicas que, teniendo en cuenta el tipo de suelo y las pendientes, provocará enormes pérdidas de materia orgánica”, alertan.