Los comicios de mañana en la provincia vecina, el tercer distrito electoral más importante del país, serán uno de los últimos termómetros que tendrán a disposición ambos aspirantes de Pro para auscultar las preferencias del electorado antes de la cita de las PASO. Antes de ingresar al tramo definitorio de la campaña presidencial, procuran evitar los traspiés y los errores no forzados que les resten chances y sumar puntos a su cosecha en cada rincón del país.
Con ese trasfondo, tanto Larreta como Bullrich jugaron a fondo durante las últimas semanas para fortalecer a sus candidatos en la carrera por la sucesión de Omar Perotti y quedarse con el trofeo de la foto del triunfo del domingo. Hicieron grandes apuestas, a sabiendas de que Santa Fe es uno de los cinco grandes distritos del país donde se definirá el resultado de la compulsa nacional de agosto y uno de los territorios que JxC aspira a arrebatarle al peronismo.
Unas horas antes de que iniciara la veda, Bullrich encabezó un extenso raid proselitista por Santa Fe -pasó el jueves por Rosario, la capital provincial y Santo Tomé- para apuntalar la postulación a gobernadora de Losada, una de las aliadas de la candidata a presidenta de la lista “La fuerza del Cambio” en el universo radical. A diferencia de Pullaro, quien considera que su contrincante pagará un costo excesivo por el intento de nacionalizar la disputa por la gobernación de la provincia, la senadora apeló al acompañamiento de Bullrich para incrementar sus posibilidades en la interna de Unidos para Cambiar Santa Fe. En las últimas semanas -en las que endureció su ofensiva contra Pullaro con acusaciones de alto impacto- también recibió el impulso del expresidente Mauricio Macri y de Alfredo Cornejo, el cacique radical que busca volver al poder en Mendoza.
En cambio, Larreta atendió el pedido de Pullaro, socio de Martín Lousteau, líder de Evolución Radical, y evitó pisar el terruño santafesino durante el tramo final de la campaña. Eso sí: el jefe de gobierno porteño y postulante del frente “El cambio de nuestras vidas” tiene pensado viajar sí o sí el domingo a la ciudad de Rosario para esperar los resultados junto a Pullaro en el Hotel Ariston, donde el radical montará su búnker. Casi que da por descontado que el exministro de Seguridad consolidará la ventaja que le sacó a Losada en los sondeos previos a la elección y que se posicionará para pelear por la sucesión de Perotti en septiembre.
Después de los triunfos de Claudio Poggi en San Luis y Marcelo Orrego en San Juan, anhela celebrar en Santa Fe la victoria de otra de sus apuestas electorales en el interior. A su vez, sus escuderos se entusiasman con la chance de que Rodrigo De Loredo gane la intendencia el próximo 23 de julio para concatenar un tercer triunfo al hilo de un aliado del sector moderado de JxC –pese a que el diputado es un equilibrista y preserva el vínculo con Macri y Bullrich, clave en su provincia-. Larreta también ansía una victoria de Ignacio Torres en Chubut a fines de mes para levantar a su tropa antes de las PASO.
Para el jefe porteño, es crucial retomar el impulso en la franja del centro del país para contrarrestar el crecimiento de Bullrich en los sondeos de los grandes centros urbanos de Córdoba y Mendoza. En la tropa larretista admiten que Larreta sufrió el desgaste por el affaire Schiaretti y sus últimas críticas al modelo de confrontación de Macri. Hablan de un escenario de extrema paridad y de un “empate técnico” entre Bullrich y Larreta. “Trabajamos con el escenario de que estamos empatados o abajo de Patricia. No nos sobra nada”, reconoce uno de los arquitectos del proyecto larretista. Por eso motivo se esperanza con levantarle la mano a Pullaro el domingo. “Es muy importante para nosotros. No nos da lo mismo. Y si gana Maxi, Patricia no podría ni aparecer en el búnker después de las cosas que dijo Losada”, repiten en el sector larretista. Además del jefe porteño planean viajar Lousteau y Gerardo Morales, candidato a vice. Preparan una postal de las “palomas”.
Entre los escuderos del alcalde sostienen que el eventual triunfo de Pullaro sobre Losada también tendría un valor simbólico para Larreta. Es que consideran que la interna de JxC en Santa Fe -en rigor, se trata del “frente de frentes” que construyó el Pro, la UCR y el socialismo, sin la CC- es un “banco de pruebas” con miras a las PASO presidenciales. Entienden que en Santa Fe se dio un choque de estilos entre Pullaro y Losada. Sostienen que mientras que el exministro apostó por exhibir su experiencia en gestión, sus equipos y propuestas, la senadora lanzó una dura embestida contra Pullaro, a quien acusó sin medias tintas de encubrir a policía ligados al narcotráfico. También lo vinculó con operaciones de “campaña sucia” para perjudicarla. Por lo tanto, Larreta y los suyos consideran que una posible victoria de Pullaro, que lleva como vice a Gisela Scaglia, alfil del jefe porteño, les permitirá ratificar su teoría de que una porción mayoritaria del electorado rechaza los “agravios” o el estilo a “todo o nada” que patentó Bullrich y se inclina por la moderación y los perfiles con experiencia en la gestión. Por lo tanto, miran la elección de Santa Fe como un “laboratorio” para saber qué formato de liderazgo opositor prefieren los argentinos en uno de los distritos más poblados del país. “Es un test conceptual antes de las PASO”, dicen.
En la escudería de Bullrich se divierten con esas alquimias electorales del larretismo. Optimistas ante la competitividad que exhibe la exministra en las encuestas que circulan en su comando de campaña, los armadores de la postulante de la “Fuerza del Cambio” creen que los resultados de las elecciones provinciales no tendrán un efecto o correlato en los comicios presidenciales. Argumentan que ni la histórica victoria de Poggi frente a Alberto Rodríguez Saá en San Luis ni el batacazo de Orrego en San Juan para desbancar a Sergio Uñac -dos apuestas de Larreta- movió el amperímetro en las preferencias del electorado de JxC en la pelea presidencial. Bullrich movió sus piezas para aumentar el caudal de votos de Losada, escoltada en la fórmula por Federico Angelini, ladero de Macri y la exministra en el ala dura de Pro, en Santa Fe y, sobre todo, en Rosario, un territorio clave en el mapa para su proyecto político, cuya promesa central es restablecer el “orden”. El jueves, en una nueva visita a esta ciudad, epicentro en el país de la violencia por el narcotráfico, se comprometió a impulsar una ofensiva desde la Casa Rosada para pacificar el distrito, en caso de que gane la Presidencia.
Quienes rodean a la exministra aún no definieron si viajarán el domingo. Contemplan que se trata de una elección primaria, no la general, y que la compulsa es muy reñida. Especulan con que podría no haber un ganador claro hasta el escrutinio definitivo. “Ella quiere estar igual para bancar a los suyos”, avisan entre de sus confidentes.
Bullrich tomó nota de que Pullaro evitó atacarla. Al contrario, el exministro buscó hacer equilibrio y provincializar la campaña. Por su parte, ella tomó distancia de las denuncias de Losada contra su rival y se incomodó cuando la senadora anunció que no acompañará a Pullaro después de las PASO. Esos movimientos responden a una lógica. Tanto los equipos de Bullrich como los de Pullaro notan un voto “transversal” en Santa Fe entre el dirigente radical y la referente de Pro. Se necesitan mutuamente para sus próximas batallas en las urnas. “Gane quien gane, necesitas al otro para después”, evalúan cerca de Bullrich.