Este fin de semana, Franco Colapinto regresa a la Fórmula 1 en el Gran Premio de los Estados Unidos, que se llevará a cabo en el Circuito de las Américas, Austin, Texas. El joven piloto argentino de 21 años continúa su aprendizaje en esta exigente categoría, enfrentándose a nuevos desafíos. Esta vez, debutará en una carrera Sprint, una competencia más corta que se disputa los sábados. Desde su ingreso en la Fórmula 1 en la 15ª fecha de la temporada, Franco ha ido acumulando experiencia, tanto dentro como fuera del auto. Su madre, Andrea Trofimczuk, quien lo acompañó en las últimas dos carreras, reveló detalles de la intimidad de su preparación y los desafíos que ha afrontado su hijo en este camino.
“Franco está como que no lo puede creer”, comentó Andrea, recordando la experiencia en Azerbaiyán y Singapur, ambos circuitos urbanos que supusieron un gran reto. En Singapur, en particular, el calor extremo y la alta humedad, sumados a la pérdida de cuatro kilos por la exigencia física, hicieron de la carrera un verdadero desafío. A pesar de ello, Andrea destacó que su hijo “vive todo de manera natural” y que “eso es lo que le permite liberarse de la presión”. Según su madre, Franco no siente el peso de las expectativas, y eso lo ayuda a desempeñarse mejor.
Uno de los momentos más impactantes ocurrió en Azerbaiyán, cuando Franco sufrió un accidente durante un entrenamiento. “Estaba calentando el cuello y el golpe fue tremendo, pensé que le había arrancado la oreja”, relató Andrea, recordando el sonido y el dolor que sufrió su hijo antes de subirse al auto. “Fue literal antes de subirse al coche, pero así sordo y con lágrimas se subió al coche, y eso me impactó”, añadió.
El apoyo del equipo de Williams ha sido fundamental en el proceso de adaptación de Franco. Andrea resaltó la contención que el equipo le brinda, lo que es clave para que su hijo se mantenga fuerte emocionalmente. “Cuando hablo con María (Catarineu, su mánager) le digo ‘qué bueno que Franco llegó acá’. Qué bueno que tiene la contención y que hay alguien que le importa como persona más allá del profesional”, expresó, destacando la importancia del ambiente familiar dentro del equipo.
El debut de Franco en la Fórmula 1 no ha estado exento de momentos difíciles. Después de chocar en la primera práctica libre en Azerbaiyán, su madre confesó que su hijo “se angustió mucho al bajarse del auto”. Sin embargo, su mánager lo ayudó a recomponerse rápidamente: “María le dijo ‘Franco, quiero que subas a tu cuarto, que llores, que grites, que revolees lo que tengas en la mano… pero después bajá con actitud de ganador’”, relató Andrea.
Además de la preparación física y mental, Franco sigue una estricta dieta durante los fines de semana de carrera, con un enfoque en mantener su peso ideal. “Come lo que le dicen que tiene que comer”, explicó su madre, detallando que incluso ha llegado a necesitar una dieta hipercalórica para compensar la pérdida de peso durante las competencias.
Andrea también compartió recuerdos de los inicios de su hijo en el automovilismo, mencionando los desafíos emocionales que enfrentó como madre cuando Franco comenzó a competir en karting en un año trágico para el deporte motor, en el que fallecieron varios pilotos. “Había mucha presión social de las mamás del colegio… para todos yo estaba loca”, confesó.
(Infobae)