La ciudad, que llega de festejar sus 240 años en medio de recuerdos a prohombres de lustroso brillo, acaba de perder a uno de sus vecinos más destacados. En la tarde de este jueves frio, la noticia de la muerte de Eduardo Salas, simplemente Canon, golpeó en los arrabales y en el club Lanús, allá en el barrio de La Loba. El enclave Granate uruguayense fue un bastión de Canon, laburando para todos los gurises de esa barriada en el este de la ciudad.
Presidente, dirigente, colaborador, técnico, acarreando la gurisada para todo torneo infantil que se jugara, sin importa lugar u horarios. Los despachos del municipio lo vieron siempre rondar por ahí en busca de ayuda para el club, con colores granates a la espera de ser atendido.
En los últimos tiempos estuvo al frente del Complejo Deportivo, Cultural y de la Producción “Evita”, un nombre acorde a su militancia social. Ahí, en ese complejo, se levanta la cancha de fútbol, la cancha sintética de hockey sobre césped, las nuevas oficinas destinadas al deportes y la pista de velocidad de ciclismo, casi su sueño eterno, con los colores de su club y en su barrio.
Los clubes de Concepción lo van despidiendo, despacio, con respeto, cada uno reconociendo la labor del que fue un adversario en la cancha pero un amigo a la hora de dar una mano. El pasado domingo acompaño a la gurisada Granate en el desfile en Plaza Ramírez, como una guía, marcando el rumbo del agradecimiento pero sin dar un paso atrás, siempre al frente. Como en el cancha.
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