“En Entre Ríos somos dos mujeres las que firmamos contrato con AFA, yo fui la primera en recibirme. Conocí a Brisa Zapata, de Concordia, así que somos dos”, cuenta durante una entrevista por Radio 12 (FM 89.1 de Colón).
Su ingreso al mundo del arbitraje tuvo que ver con encontrar una salida laboral mientras estudiaba el profesorado de Educación Física en Santa Fe, del que aún le quedan pendientes dos materias.
“Necesitaba trabajar, así que fue para hacer unos pesos”. Entonces, unos conocidos de la liga santafesina la ayudaron a dar el puntapié inicial.
“La realidad es que inicié mi carrera por una necesidad de trabajo”, dice reafirmando que hasta entonces el arbitraje estaba lejos de sus planes.
“Todas las semanas teníamos clases de reglamento, entrenamiento y prácticas de campo. Después de un tiempo me animé y comencé con las categorías de los más chicos, como cuarto árbitro en los partidos de primera división y dos noches por semana como planillera de futsal”.
“Estuve seis años y cuando vuelvo a Ramírez, Alexis Romero presentó un proyecto para un Colegio de Árbitros en Nogoyá y me vino a buscar”, comenta sobre lo que significaría para ella una gran oportunidad.
“Ahí fue mi crecimiento arbitral, me pusieron en tabla de mérito y eso me fue llevando a dirigir por la Federación Entrerriana”.
Escalando categorías, en noviembre de 2021 llegó para Paula Eisenacht su primer partido en Primera: Nobleza versus Cultural de Hernández, en el polideportivo de su ciudad.
Antes, en 2019, había iniciado el curso nacional de dos años en Salto, provincia de Buenos Aires. Hablando de aquel momento, se emociona al pensar en su mamá, fallecida hace dos años y medio: “Salía a pedir plata para que yo pueda viajar. Ella siempre me incitó a marcar la diferencia”.
La pandemia la encontró a mitad de camino de su objetivo que quedó momentáneamente trunco, hasta que finalmente pudo concretarse gracias a un convenio entre AFA y una universidad de Villa Mercedes, San Luis.
“El 11 de abril de 2023 me recibí de árbitro federal y el 8 de mayo me llegó la notificación para presentarme en las oficinas de AFA a firmar el contrato”, recuerda con precisión.
Impartiendo justicia
“Mi sueño era ser árbitro nacional y tener un contrato en AFA y se cumplió, aunque siempre digo que los sueños no se cumplen, sino que se trabajan”.
“Subo un escalón y aspiro al próximo”. Paula ya tiene en claro su próxima meta: “Hoy mi sueño es dirigir en la máxima categoría del fútbol argentino”.
Hablando sobre su trabajo, menciona: “Elijo el trabajo de asistente de línea, me siento más segura con el banderín”.
“Siendo mujer, se me hace más fácil dirigir a los varones”, dice la ramirense en otro momento de la charla, y habla de la experiencia de desarrollarse en un ámbito tradicionalmente reservado al sexo masculino –como si fuese poco- impartiendo justicia.
“De a poco nos vamos metiendo. Las chicas que ya están dirigiendo en la máxima categoría nos fueron abriendo el camino y las que trabajamos ahora lo hacemos con las que vienen atrás. Recuerdo que hace cinco o seis años, cuando entraba a la cancha escuchaba que decían ‘mirá, una chica’, y eso ya no me pasa”.