Desde 2015 hasta este año se produjeron más de dos mil femicidios en el país

ESTE SÁBADO SE REALIZARÁ LA MARCHA DEL NI UNA MENOS EN LA HISTÓRICA

En promedio hubo un femicidio cada 31 horas. Este sábado 3 de junio realizarán una nueva marcha del “Ni una menos” en plaza Ramírez.

Foto de portada: EL MIÉRCOLES

Nota relacionada: Siete años de Ni Una Menos

La actividad es organizada por diferentes organizaciones feministas de la ciudad. En principio está previsto que las 18 realicen las lecturas de los documentos, y a las 19 se efectuará la marcha.

Este 3 de junio se cumple 8 años de marchas Ni Una Menos, un movimiento que desde el año 2015 permitió concientizar sobre la violencia machista como una problemática social.

Femicidios totales por año

El observatorio “Ahora que sí nos ven” publicó un informe donde toman un relevamiento de medios gráficos y digitales de todo el país. Allí deducen que en los últimos 8 años hubo 2257 femicidios, cifra que es abarcativa de los femicidios directos y los femicidios vinculados.

Según el análisis que realizaron hasta el 25 de mayo de 2023, 2019 fue el año con mayor cantidad de femicidios directos y vinculados. Sin embargo, las cifras que expresan los casos más extremos de la violencia machista se mantienen en niveles alarmantes y estables desde la primera movilización de Ni Una Menos hasta la fecha.

Entre el 3 de junio del 2015 y el 25 de mayo del 2023 hubo en promedio en Argentina: un femicidio cada 31 horas.

Recién en el año 2015, y como respuesta al reclamo urgente de la sociedad, que se expresó el 3 de junio en más de 200 ciudades de todo el país por #NiUnaMenos, hubo anuncios en los distintos poderes del Estado: el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación creó la Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios y Crímenes agravados por el Género. En el mismo sentido, la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación anunció la creación del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA), éste fue el primer registro oficial de femicidios con el que contamos luego de 6 años de sancionada la ley 26.485 en el año 2009, norma que dentro de sus preceptos establece la creación de estadísticas que permitan elaborar políticas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia machista en nuestra sociedad.

Por esta razón es que proponen trabajar en la desarticulación del mito del amor romántico, ya que promueve una idea distorsionada e idealizada de las relaciones amorosas, basada en estereotipos de género y en la idea de la posesión y el control, naturalizando conductas violentas en las relaciones interpersonales.

Sin embargo, a pesar de los importantes avances que hemos obtenido a partir de la lucha en contra de la violencia machista, la pobreza y la desigualdad a la que somos arrojadas las mujeres y las diversidades en Argentina, entre las que se destacan las marchas por #NiUnaMenos, los Paros Nacionales de Mujeres y la Marea Verde, a partir de las cuales logramos avances significativos como la sanción de la Ley 27.610 de legalización del Aborto y la creación del Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad, observamos con preocupación que desde de las masivas movilizaciones originadas el 3 de junio del 2015 a la actualidad los femicidios no disminuyeron. De acuerdo al registro, en estos 8 años en la Argentina hubo 2257 femicidios, cifra que se compone de valores anuales que no han sufrido variaciones significativas entre un año y otro desde que iniciamos nuestro relevamiento en el año 2015.

Vínculo con el agresor

En el caso del vínculo de la víctima con el agresor, en estos 8 años el 63% de los femicidios fue perpetrado por parejas o ex parejas de las víctimas. Esta variable se mantiene estable durante todos los años y nunca por debajo del 57%. Estos hechos son resultado del entramado violento en el que se constituyen algunos vínculos sexo afectivos, en donde el disciplinamiento y el control de la vida de las mujeres por parte de los hombres constituyen una situación permanente de violencias que escalan hacia las violencias más extremas, como lo es el femicidio. Si bien poder explicar y comprender los factores que dan lugar a la violencia de género es difícil debido a que se trata de un fenómeno multifactorial y complejo, desde el campo académico contamos con los trabajos de Rita Segato y Marcela Lagarde para abordar este tema.

Según el enfoque de Rita Segato , la violencia de género y los femicidios están arraigados en las desigualdades de poder y las relaciones de dominación entre hombres y mujeres en la sociedad. Sostiene que la violencia de género no es simplemente el resultado de la agresión individual de algunos hombres, sino que es un fenómeno estructural y cultural más amplio basado en el “disciplinamiento” hacia las mujeres. En este sentido también Marcela Lagarde aborda la violencia de género con una perspectiva sociocultural, sosteniendo que la violencia contra las mujeres es una expresión de poder y control por parte de los hombres en un sistema que es patriarcal, y en donde el desprecio y el odio hacia las mujeres queda de manifiesto. Un odio que es aprendido, socializado y que se perpetúa a través de discursos, normas y prácticas que deshumanizan a las mujeres. Ambas académicas nos nutren de estudios y elementos que nos permiten comprender que estos datos que construimos representan una realidad muy preocupante en la que la vida de las mujeres está en riesgo en el ámbito de las relaciones de pareja o ex parejas debido a múltiples factores que pueden incluir la posesión, el control, los celos, la percepción de la propiedad sobre la mujer, y la dificultad de los hombres de aceptar la autonomía y la libertad de las mujeres.

Por esta razón es que proponen trabajar en la desarticulación del mito del amor romántico, ya que promueve una idea distorsionada e idealizada de las relaciones amorosas, basada en estereotipos de género y en la idea de la posesión y el control, naturalizando conductas violentas en las relaciones interpersonales.

Consideran entonces fundamental cuestionar este mito desde los distintos ámbitos e instituciones de nuestra sociedad para promover relaciones equitativas y sin violencias. En este sentido, es urgente la implementación completa y efectiva de la Educación Sexual Integral en las instituciones educativas de todo el país, para que niños/as y adolescentes puedan construir relaciones más igualitarias. También es necesario y fundamental que desde los medios de comunicación y desde la industria cultural se representen imaginarios del sexo y el amor donde la base sea el respeto, el consentimiento y la libertad.